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Una época para compartir sonrisas, dar más que recibir.

Navidad es una época que permite estrechar lazos de hermandad, momentos para la unificación familiar, la de amigos, ex compañeros de clases o de trabajo.

Es una época para revivir recuerdos gratos, para el disfrute y también para evaluar los logros obtenidos, de cosechar lo que se ha sembrado durante el año, otros cosechan lo sembrado durante toda su vida.

Muchos tienen la posibilidad de reencontrarse, otros debido a las circunstancias ya sea por trabajo, o por realidades que les han tocado enfrentar, están alejados de sus familiares en estas fechas y con ello una mezcla de sentimientos que los llenan de nostalgia.

Más que una temporada para el gasto o la comercialización, es la época propicia para dar más que recibir, de otorgar un poco de todo lo que se ha logrado durante todo un año.

Una sorpresa inesperada que transformó la Navidad

Vicente Ríos, es el hermano mayor de siete hermanos, él dedicó gran parte de su vida en ayudar a cada uno de sus hermanos luego que sus padres fallecieran, trabajó arduamente para que todos estudiasen y fuesen hoy en día profesionales.

Debido a su dedicación, formó su familia quizás un poco tarde, a sus 47 años tenía tres hijos de 7, 5 y 3 años, con su amada esposa Guadalupe del Valle.

Este año no fue el mejor para Vicente, por cosas del destino quedó sin trabajo, y su mayor preocupación era tener una no muy Feliz Navidad.

Solo lloraba con gran tristeza no poder tener como darles los regalos a sus hijos, en brindarle a su esposa unas fiestas felices.

Sin embargo, el que siembra en buena tierra cosecha grandes frutos, cada uno de sus hermanos estaban en lugares distintos a la Ciudad de México . Algunos radicaban en Monterrey, otros en Durango y hasta en Acapulco tenía familiares.

Simón, el hermano menor había tenido un año de mucho éxito, tenía 32 años y lo habían ascendido a un importante puesto en su trabajo en Monterrey, él se comunicó con todos sus hermanos, había que darle, en agradecimiento, algo a Vicente.

Fue así como contactó con la pagina de  eventoconsanta.com, y les platicó que a él y a sus familiares les gustaría darle la mejor de las navidades a uno de su hermanos, y que su idea era que Santa Claus llevara algunos regalos que él les haría llegar directamente a la empresa para entregarlos, en CHRISMAS les pareció fantástica la idea e hicieron todos los arreglos necesario para que Santa Claus estuviera listo.

Todo estaba listo, era un 20 de diciembre y Vicente estaba al final de su casa, hablaba hacia el cielo y solo pedía un milagro para que estas navidades fuesen distintas, no como las que él creía iban a ser.

De repente suena el timbre y su esposa abre la puerta, Vicente escucha a lo lejos “Jo jo Jooooooo Feliz Naviiidaaaad” y al mismo tiempo la voz de Guadalupe que decía “Vicentee ven a ver esto” “Dios mío ¿qué es esto?”.

Cuando Vicente llegó a la sala, se encontró a su esposa con los ojos llenos de lágrimas, sus hijos cada uno con dos y hasta tres paquetes, otros paquetes sin abrir y Santa le entregó a él un sobre.

Vicente leyó la carta, eran sus hermanos, todos les daban las gracias por haber dado el todo por cada uno y que lo que ahí estaba, junto al dinero que estaba en ese cheque era poco en comparado a lo que ellos habían recibido.

Vicente con los ojos llenos de lágrimas solo miró al cielo, dió las gracias y abrazó a su esposa. Él había recibido la cosecha de lo sembrado durante años.

La magia de la navidad es un momento para dar, más que recibir.  


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