Navidad y la magia en la sonrisa de mis hijos
Para estas navidades quería hacer algo distinto, regalarle a mi familia un momento lleno de magia, pero no era un viaje, era algo más íntimo, de unión familiar, de fe, de tradición, pero no sabía qué.
Durante un largo período pensé y busqué miles de alternativas, cenas en lugares lujosos, visitas a parques, ¿un crucero?
Por más que pensaba, nada me llegaba, no se me ocurría algo distinto, quería tener una navidad alegre, como esas que compartí en familia cuando era niño.
Y fue así como por arte de magia volé en la imaginación, parecía que estaba allí sentado en la sala de mi casa junto con mi papá, mamá y mis hermanos.
Era una Nochebuena, compartíamos todos cuando de repente escuché una voz fuerte y cálida que decía “Jo, Jo Jooooo Feliiiiz Navidaaad”
No lo podía creer, ¡Santa Claus estaba en mi Casa!, sentí por un momento que mi cuerpo se paralizaba, las voces se escuchaban en eco, todo parecía ir en cámara lenta, miré a papá, mamá y a mis hermanos.
Sentía que mi corazón y mis ojos salían de mi cuerpo, era una alegría indescriptible.
Y me dije, qué tal si hago lo mismo en esta navidad? ¿Les gustará a mis hijos y a mi esposo?
No lo pensé más, inmediatamente llamé a mi prima Angélica, ella sabe mucho de organizar eventos y eso.
Ella me comentó que había empresas que ofrecían experiencias con Santa Claus a domicilio, era el momento de revivir esa ilusión, de retomar la tradición de una navidad en familia, lejos de los compromisos laborales.
La organización silenciosa
Fue así como comenzó la gran aventura, busqué en varias páginas y llamé para solicitar los servicios, me quedé con quienes me ofrecieron la mejor atención.
Con la empresa que me garantizó un evento de calidad y de mucha responsabilidad, que solo puede ofrecer eventoconsanta.com
Llamé a mis padres y hermanos, los quería a todos en mi casa, Carlos, Sofía, Isabel y Julián, mis cuatro hermanos debían estar también con su familia.
A todos les comenté para hacer una cena navideña, para pasar nochebuena en familia y que nuestros hijos recibieran juntos sus regalos.
Estaba todo listo!
La noche donde la magia se revivió
Llegó el día!, estaba tan nerviosa, era una sensación de alegría con algo de nerviosismo.
Junto a mi esposo preparamos la cena, con mucha dedicación, mis hermanos y mis padres llegaron cada quien con algo para compartir.
Mis padres me miraron con su rostro de amor, igual que aquella noche que vino en mi recuerdo.
Cuando todos cenábamos recibí un mensaje de texto, pedí permiso, me paré, abrí la puerta, y se escucharon unas campanitas, junto con la voz cálida que decía “Jo Jo Joooo, Feliz Navidaaaad!”
Inmediatamente miré los rostros de mis hijos, supe inmediatamente que así fue mi cara aquella noche de navidad.
Miré a mis padres, no podía contener la emoción y las lágrimas llenaron mis ojos.
Fue ahí donde mi padre dijo: “Jamás olvidaré la magia de la sonrisa de mis hijos en navidad”